MOTOR RESURRECCIÓN

FUENTE 1: 
Una de las obras hidráulicas más importantes del S XX, fue la construcción del Motor Resurrección en el pueblo de Abarán. 

Observa el siguiente vídeo y verás qué interesante fue esta historia.  






FUENTE 2: 

Jesús Templado Sánchez. Abarán (Murcia) 1867-1938.
    Su vida: la  medicina
    Don Jesús Templado nació el 3 de mayo de 1867 en Abarán y desde muy joven tuvo clara su vocación como médico, cursando estudios de Medicina en la Universidad de San Carlos de Valencia.
    Comenzó su andadura profesional como médico de la Armada, aunque pronto, desde 1908, abandonará este camino para instalarse en el municipio que le vio nacer, Abarán, para ejercer como médico particular y del Ayuntamiento .
    El ímpetu de un visionario
    A pesar de tener su vida profesional dedicada al mundo de la medicina, Jesús Templado también era un propietario agrícola de varias tahullas de tierra de secano en la falda de la Sierra de la Pila.
    En aquellos momentos su principal prioridad para estas tierras era el poder conseguir agua para que fuesen productivas por lo que excavó un pozo subterráneo en busca del tan ansiado bien. Todos los conocidos le hacían chanzas ventajistas preguntándo día a día cuantos litros de agua sacaba del pozo, sabiendo que no había encontrado ni una gota.
    Jesús Templado con el ímpetu de los visionarios determinó que tendría agua "aunque la tuviese que traer del río" comenzando a dar los pasos necesarios para hacer realidad lo que muchos en aquel tiempo consideraron una quimera.
    Para ello encargó a su sobrino, Diego Templado Martínez, el proyecto de un motor de elevación de agua que daría servicio a sus tierras y a 6.000 tahullas más que se convertirían así en terrenos de regadío donde antes solo había secano. Formó una comunidad entre los distintos propietarios de dichos terrenos en el que se efectuó un prorrateo según las tahúllas que poseía cada uno con el que establecer la aportación que se debía realizar para poner en marcha el motor.
    Así comenzó una magna obra en la que se construyó una tubería de acero alemán transportada en tren hasta la Estación de Blanca, y se constituyó la elevación de agua más alta de toda España, capaz de alzar 50 litros por segundo a 150 metros de altura.
    Una obra faraónica con resultados envidiables
    La puesta en marcha del denominado "Motor Resurrección o del Campo", supuso la creación de 6.000 tahullas de regadío donde antes solo había 1.500. Este suceso hace que el pueblo de Abarán se divida en un principio entre simpatizantes y detractores de Jesús Templado, ya que algunos propietarios de tierras de regadío opinaban que dicho aumento bajaría el valor de sus terrenos, cosa que no ocurrió.
    Sin embargo, la visión de Jesús Templado provocó el auge del municipio y con él, la creación de la pedanía de Hoya del Campo como lugar de residencia de la nueva y necesaria mano de obra para trabajar los grandes campos de cultivo.
    Jesús Templado no vaciló en ningún momento en llevar adelante su empeño a pesar de las dificultades que encontró, proporcionando de esta forma una fuente de riqueza para toda la zona.
    Falleció el 24 de septiembre de 1938 y siete años más tarde el municipio y con él Hoya del Campo, le rindieron homenaje proclamándolo "Hijo Predilecto", entrando de esta manera a formar parte de la galería de personajes ilustres instalada en el Ayuntamiento de Abarán.



FUENTE 3:

En la segunda década del siglo XX, se proyectará e instalara la elevación de aguas más grande, hasta entonces conocida, por lo menos a nivel nacional. Se trataba de elevar 500 litros de agua cada segundo a una altura de unos 150 metros con unos motores de 500 CV de potencia, para llevarlas después a través de conducciones a cielo abierto y forzadas en sifones, hasta las faldas de la sierra de la Pila. Todo un reto tecnológico en los años anteriores a la primera guerra mundial que supuso un desarrollo importante en el tratamiento de materiales y eficiencia de las máquinas. 

Los promotores de esta magna obra, paradójicamente, no fueron agricultores a “titulo principal” –como ahora diríamos-, ni comerciantes exportadores de frutas. Un médico: Don Jesús Templado Sánchez y un abogado: D. Isidoro Gómez Gómez cuyos medios de vida no estaban precisamente en la agricultura, si bien, tenían propiedades en los nuevos regadíos. El ingeniero que redactó el proyecto, D. Diego Templado Martínez, contaba con la ayuda de la empresa instaladora: Brandau, que aceptó el reto desde el primer momento “embarcándose” en toda una aventura. Hay que tener en cuenta que la fuente de energía no podía ser eléctrica ya que el salto de agua del Menjú, de donde se abastecían Cieza y Abarán, no era suficiente para mover los motores proyectados. Tendrían que recurrir a motores de gas pobre para los que se necesitaba como combustible carbón ¿de Ponferrada? cuyo transporte hasta la sala de máquinas suponía un elevado coste para su rentabilidad. De cualquier forma el reto tecnológico fue abordado y superado, pero...¿y el económico?

El Motor del Campo, “Resurrección” como se le llama oficialmente desde su fundación, aseguró durante la primera mitad del siglo XX la mayor parte de la producción agrícola de Abarán.

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